Cada vez que tomamos una caracola en la playa y lo colocamos cerca de nuestro oído para escuchar los sonidos que el mismo alberga parece que escuchásemos el mar dentro del mismo. Esto en algún sentido es cierto, sin embargo la explicación científica diría que no escuchamos el mar sino que, simplemente escuchamos el eco del mismo.
Las olas, el viento y las caracolas
Las caracolas son incapaces de grabar sonidos, así que descartemos la idea de que graban el sonido del mar y luego lo ofrecen para...
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