Hay fenómenos naturales que no resultan evidentes para los sentidos. Pongamos por ejemplo el movimiento de la Tierra, el cual resulta completamente imperceptible; incluso el simple hecho de considerar nuestro planeta con una forma esférica, y no plana, escapa a una primera mirada, debemos usar nuestro intelecto para interpretar las señales que nos manda la naturaleza y que trazan esa imagen. El caso del que voy a hablar es el de la velocidad de la luz, concepto que se consideró absurdo durante mucho tiempo, siendo tan evidentemente instantáneo. La luz como influencia Uno de los primeros investigadores en el campo de la óptica fue, el infravalorado en ocasiones, Alhacén, el gran físico árabe que en el siglo IX estudió los fenómenos ópticos y que consideraba la luz del mismo modo que los antiguos griegos, como una influencia que se transmitía de forma inmediata en el espacio, como el... Leer más.
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