Es hora de asumirlo: no importa qué tanto te guste lo que estudias, siempre existirá esa materia insoportable o ese profesor amante de los largos discursos que provocan trances e insomnio entre los estudiantes.Sumemos eso a las horas de sueño perdidas por el estudio (nunca por una fiesta, claro está) y algunas clas
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